Visión de los Trilobites


Los ojos de los trilobites se sitúan en la línea media del caparazón y a los costados de la glabela y son bastante visibles, éstos presentan formas muy variables, algunas especies son ciegas habitando zonas del fondo fangoso del mar, en tanto que otras especies tienen ojos durante su estado juvenil, los que luego se atrofian hasta desaparecer en el estado de edad avanzada; sin embargo la mayoría de las especies poseen un sistema visual bastante eficaz. Los ojos son compuestos y consisten en numerosos lentes llamados omatidios, cada uno de los cuales posee una cornea lisa que puede estar levantada o abollada, insertada en los agujeros redondos o poligonales.

 

El tamaño de los ojos es pequeño, ya que en el espacio de 1 mm. Puede ser ocupado por 6 a 14 lentes, que se disponen en filas lo que permite que las lentes se ordenen en forma geométrica o de panal, lo que redunda en un mejor empaquetamiento, a tal punto que en la especie Ramopleurides radians, el número de ojos alcanza la prodigiosa cifra de 15.000. Otras especies poseen un número menor, como Asaphus nobilis con 12.000, Bronteus palifer con 4.000, Dalmanite shaussmanni con 600, Phacops que tiene de 200 a 300, incluso en algunos géneros el número de omatidios u ojos a quedado reducido a 2 o 3 en el género Harpes y a solo 1 en el género Trinucleus.

 

Los ojos son facetados y están dispuestos sobre una protuberancia situada sobre la glabela, la misma consta de dos partes; una en donde se disponen los ojos denominado “rodete ocular“o superficie visual que en la mayoría de las especies forma una verdadera prominencia de forma arqueada, cónica y truncada, con la convexidad hacia el borde del escudo cefálico; la otra parte anterior y que se encuentra detrás del rodete ocular se denomina lóbulo palpebral siendo el que sostiene el rodete. En algunas especies como Asaphus kowalewskyi, los ojos estaban situados sobre largos pedúnculos en forma de cuernos.

 

Un estudio llevado a cabo, permitió plantearse de que modo podrían haber visto los trilobites. En vida cada lente u omatidio se sitúan en el extremo de un cilindro que transmite la luz a unas células fotorreceptoras situadas debajo. Debido a la disposición geométrica de las lentes, se forman, dentro del campo visual, unas fajas visuales, con la que el trilobite percibe luz como una serie de fajas iluminadas y oscuras, lo que permite a este ver cualquier objeto, así como percibir el tamaño, la velocidad y dirección del movimiento.

 

Zona Caudal

El pigidio es la zona caudal del trilobites, involucrado directamente en la natación del animal, que esta constituido por una serie de segmentos fusionados de la zona pleural distal, que en los artrópodos corrientes correspondería al abdomen, esta segmentación del pigidio esta presente en muchas especies en tanto que en otras se pierde completamente.
Los pigidios tienen diversos tamaños y formas de acuerdo a la especie de que se trate y a su evolución en el tiempo, ya que este órgano locomotor se ha ido incrementando de tamaño con el paso del tiempo.

 

Los primeros trilobites del Cámbrico tenían un pigidio muy reducido, en tanto que los del Silúrico y del Devónico fueron casi del tamaño del cefalón como por ejemplo el género illaenus de finales del Ordoviciense.
De acuerdo al tamaño del pigidio existen tres tipos a saber, los más pequeños denominados micropigidio (a); los medianos llamados mesopigidio (b) y por último los más grandes o macropigidio (c).

 

Desarrollo de los Trilobites

Los trilobites se reproducen por huevos y tienen un periodo de desarrollo en que el animal sufre diferentes cambios corporales. El huevo de los trilobites se incuba en un muy temprano estadio de desarrollo, pues las larvas más jóvenes conocidas difieren mucho de los adultos. Los huevos se depositan en la parte frontal del cefalón donde se produce el desarrollo.

 

El primer estadio de desarrollo es conocido como protaspis (a), en este momento los trilobites presentan un perfil circular y sin segmentos libres, la mejilla se encuentra fija y está dividida solo en pleuras, constituyendo una nueva prueba de la segmentación original de la cabeza. El estadio siguiente se caracteriza por una serie de cambios que lleva al Trilobite desde una condición juvenil a la adulta, la que recibe el nombre de meraspis (b), en esta etapa se produce la formación de las zonas torácicas y pigidial, en tanto que en la cabeza se desarrolla la glabela y la región visual. El último estadio en que los trilobites alcanzan su estado de madures o adulto se denomina holaspis (c), definiendo en este momento las características que el animal tendrá hasta su muerte.